De todas los anotadores que usé en veinte años, éste es el mejor. Bien encuadernado y cosido, las Moleskine traen una banda elástica que mantiene la libreta ajustada (me recuerda a las libretas de los guardas de trenes de antes). No son baratas, pero son indestructibles. En la que tengo en uso suelo anotar proyectos que la mayoría de las veces quedan en eso. O posibles notas que deberían hacerse.

La fábrica de pastas Marcato la compré en tres cuotas hace quince años. Su tamaño es mínimo, pero la prestación es máxima. El único cuidado es limpiarla con un trapo seco. Alguna vez quise comprar un modelo similar, pero que traía motor para no tener que darle a la manivela. Si se tienen 15 invitados es ideal la motorizada (la vendían en la calle Belgrano, en Rosario, y estuve ahí de comprarla pero costaba trescientos pesos). Hubiese sido un derroche tener dos Marcato.
